Por Alcides Cruz
En este momento de la historia argentina asistimos ya sin asombro, casi con naturalidad al trabajo de esmerilamiento diario de un gobierno elegido legítimamente para gobernar por 4 años; estamos viendo despojados de toda capacidad de reacción, casi inermes al acto de degüello por parte de los factores dominantes del poder instalado en las poltronas del centralismo porteño, de las personas que fueron elegidas para representarnos; se nota en el aire una deserción social, un dejar que hagan lo que quieran, un cansancio moral; la sociedad parece anestesiada; votó por reacción a la presión mediática y ya fue;
Los escribas y opinadores afines a los grupos de poder que hoy se sienten envalentonados y tonificados ya ponen en la vitrina los nombres de los eventuales líderes del 2011; no llegó a traspasar el umbral del segundo año de mandato de la Presidenta y ya lanzan los dados con los nombres de aquellos que aparecen más sumisos a sus pretensiones. Ellos…o esos YA LE DICEN A LA SOCIEDAD que van a poner al próximo presidente y al próximo ministro de economía, que van a hacer el plan social, que van a hacer el manejo de todo, que van a volver a privatizar todo, y que van a dejar al Estado …así de chiquitito y flacucho para que no se meta más en los asuntos que son del poder privado.
A veces pienso que me hubiera gustado ver a todos estos grupos económicos que diseñaron y protagonizaron el esquema de poder en los 90, caerse no en el 2001…sino caerse hace poco en el 2008- 2009, junto a ese mundo de burbuja financiera que se desplomó en el planeta. Digo esto, porque parece que ese parto prematuro de una Argentina más afín a las necesidades populares, no fue una herida de muerte …sino apenas un rasguño para estos núcleos del poder vernáculo, que hoy, más que nunca vienen a cobrarse la parte que les faltó sacar en los 90 y a cobrarse también el lucro cesante de la parte que perdieron con el gobierno de los Kirchner…como ellos dicen.
